Es importante que el facilitador esté familiarizado con la tecnología que se utiliza y actúe como guía en materia tecnológica cuando sea necesario.
El papel del facilitador es esencial para apoyar un proceso participativo en las conversaciones y foros en línea. ¿Cómo ha evolucionado el papel del facilitador con el aumento del uso de la comunicación en línea en contraposición a las interacciones cara a cara convencionales?
Ciertas estrategias tradicionales de facilitación siguen siendo válidas incluso cuando se utilizan nuevas tecnologías. El facilitador debe tener siempre presentes los objetivos generales del proyecto, ser consciente del plazo y otras restricciones impuestas, intentar involucrar al mayor número posible de participantes y dirigir el desarrollo de la reunión de manera productiva. Como siempre, si el grupo se desvía del tema, el facilitador debe redirigir el debate, y si la conversación se estanca, debe formular preguntas que animen a los participantes a ampliar o profundizar en los temas actuales.
Algunos métodos de facilitación se han vuelto cruciales para el éxito de la colaboración en línea. Un buen facilitador se asegurará de que todos los participantes tengan una comprensión común de lo que se está discutiendo. Esto es especialmente importante en línea, ya que algunos participantes pueden tener limitaciones tecnológicas o barreras lingüísticas. El humor y el sarcasmo no siempre se traducen bien sin la inflexión de la voz de alguien, lo que puede llevar a malentendidos entre los participantes en un foro en línea. En momentos importantes, el facilitador debe proporcionar un resumen de lo que ha sucedido y de los acuerdos importantes alcanzados. Debido a la falta de señales físicas (movimientos de cabeza, expresiones faciales de confusión, etc.), es importante resumir periódicamente de manera explícita. Las diferencias horarias también pueden hacer que algunos participantes se pierdan períodos de colaboración muy activos, en cuyo caso los resúmenes pueden resultar muy valiosos.
El papel del facilitador se ha ampliado, y ahora es importante que esté familiarizado con la tecnología que se utiliza y actúe como guía de la misma cuando sea necesario. El facilitador debe esforzarse continuamente por proporcionar un entorno en el que las personas se sientan cómodas interactuando. Cuando se comunica en línea, hay menos problemas con las conversaciones paralelas y las interrupciones entre las personas. Esto puede ser positivo, ya que ofrece a las personas la oportunidad de evaluar las opciones y considerarlas a su propio ritmo. Sin embargo, el anonimato inherente puede llevar a que algunas personas tengan menos inhibiciones. Es posible que algunos participantes no se ajusten a las normas sociales que seguirían en una comunicación cara a cara. En línea, el facilitador debe ahora asumir un papel más activo en la supervisión y la respuesta a los comportamientos inapropiados, especialmente en las primeras etapas, cuando la comunidad aún se está formando, manteniendo el diálogo por el buen camino y generando resultados de alta calidad.